En una lluviosa noche de 1912, el excéntrico y snob lingüista Henry Higgins conoce a una harapienta vendedora de violetas, Eliza Doolittle, y establece una apuesta con su compañero, el Coronel Pickering, de que en seis meses sería capaz de hacerla pasar por una dama de la alta sociedad, simplemente enseñándole a pronunciar adecuadamente el inglés.