La grandeza y la debilidad
"Así como te digo una cosa, te digo la otra", esta es una frase célebre repetida una y mil veces por un maestro del autobombo personal y del marketing internacional de su propia imagen, que llegó a ser presidente del Uruguay.
Esta notable película trata de los vericuetos y dobleces de la vida, de sus noblezas y de sus miserias; de cómo una vida entregada a la militancia por los más desposeídos también puede ceder a la tentación de comodidades nunca antes disfrutadas.
Afortunadamente la sinopsis es lo suficientemente tonta como para que el eventual espectador no tenga idea de qué va el filme. Así es que, sin mencionar nada del argumento pero haciendo una analogía del mismo, supongamos un luchador por las causas sociales, guerrillero, que soportó las terribles mazmorras de una dictadura feroz y que culmina ocupando un alto puesto recibiendo (junto a su mujer, también ex guerrillera) un salario mayor a 30 mil dólares y que sentado en un tractor valuado en 100 mil dólares, discursea dando cátedra en contra del consumismo. Así es esta historia, un drama de las contradicciones que, además, tiene la virtud de convertirse al final en casi un thriller. Denzel Washington en otra actuación con piloto automático: sensacional como siempre y con un Colin Farrel magnífico.
Dicho lo que antecede, ahora paso a decir todo lo contrario: 1) soy adicto al género en el que aparezca un abogado y se toquen temas de tribunales, por lo que no puedo ser nada objetivo y esta película que recomiendo bien puede ser una soberana porquería; 2) la crítica internacional la ha destrozado, y 3) no tiene desperdicio mirar el promedio de las calificaciones en IMDb y ver como la destruyen.
Así que tú tienes la palabra, paga una entrada y disfrútala o putéame