Amy Adams y Emily Blunt interpretan a dos hermanas en la película y hay tanto parecido entre ambas que el efecto es idóneo; el espectador se cree que son hermanas. Rose Lorkowski (Adams) es una madre soltera que trabaja limpiando casas para poder ganarse la vida y sigue en una relación con su novio del instituto, con el agravante de que él decidió casarse con otra. Norah Lorkowski (Blunt) es su hermana menor, le gusta vestir con colores oscuros, todavía vive con su padre y tiene problemas para conservar su trabajo como camarera. Joe Lorkowski (Arkin) es el padre de ambas, que las ha educado tan bien como ha sabido. Precisamente una de las cosas que se llega uno a preguntar como espectador es por qué las hermanas Lorkowski parecen tener tantos problemas para tirar hacia adelante con un padre tan comprensivo. Gracias a un consejo del novio casado de Rose (Steve Zahn), las chicas encuentran una línea de negocio lucrativa en la limpieza de sitios donde se ha producido algún crimen, deshaciéndose de todos los desechos biológicos y asegurándose de que no quede ni rastro de sangre u otros fluidos... Sunshine Cleaning nos permite entrar en la vida de esta familia, acercándonos a su lucha diaria para salir adelante, superarse y encontrar no sólo una manera de ganar dinero, sino de ser felices y sentirse realizados. Todos tienen que realizar este viaje interior para encontrarse, incluso Oscar, el hijo de Rose. El pequeño tendrá que superar algunas de sus rarezas, lamer paredes ha conseguido que lo expulsaran del colegio, y acabar aprendiendo que de hecho ser un bastardo – como lo han llamado algunos compañeros – puede llegar a ser muy positivo para su popularidad. Una película amena, enternecedora, simpática y muy lograda, que es demasiado buena para pasar desapercibida.