Jack, Harrison y Violet, tres veinteañeros con autismo que comparten piso, luchan por abrirse camino en un mundo que no los comprende.

Violet coquetea con el repartidor de patatas. Harrison se hace amigo de un niño que vive en el edificio. Jack vuelve a poner en riesgo su estabilidad en el trabajo.

Violet le pide consejo sobre citas a la novia de Van. Jack presiona a la enfermera de Lou para que le dé más información sobre el diagnóstico de su padre. A.J. y Harrison mantienen su amistad en secreto. Mandy comunica que dejará el trabajo.

Violet está muy emocionada con los preparativos de su fiesta de cumpleaños y sus avances con Julian. Mientras tanto, Jack y Harrison hacen lo imposible por asegurarse asistir a la fiesta acompañados.

Jack y su padre estrechan lazos ahora que los síntomas de la enfermedad de Lou son más evidentes. Mandy recibe una noticia inesperada por parte de los padres de Harrison que complica sus planes de futuro. Violet quiere llevar su relación con Julian a otro nivel.

Los chicos atraviesan problemas en su vida amorosa: Violet se descontrola cuando su relación con Julian no cumple sus expectativas, Jack intenta hacer las cosas bien con Ewatomi y Harrison experimenta un amor no correspondido.

Jack tiene una crisis existencial. Douglas logra cambiar la visión de la vida de Violet aunque aún esté dolida por lo de Julian. Harrison se siente traicionado por Mandy y sale de casa solo.

Harrison no sabe cómo lidiar con todos los cambios que se avecinan, en la fiesta de graduación de su hermana. Jack está asustado por la enfermedad de su padre y se apoya en Ewatomi. Violet siente que está perdiendo el control de su vida y ataca a Van. La fina línea entre la vida personal y profesional de Mandy se desdibuja cada vez más.