Hank sobrevive con lo justo al intento de Carrie de ponerle fin a la vida de ambos. Charlie lleva a Hank a ver a Atticus Fetch, un rockero que está interesado en convertir "Una Cosita Loca Llamada Amor" en un espectáculo de Broadway.

Hank pudo haber encontrado una nueva musa en la encantadora Faith, quien ya cumplió ese rol para muchas estrellas del rock. Charlie se mete en terrenos desconocidos para lograr representar a un premiado actor gay.

Hank y Faith asisten a un funeral donde se encuentran a la viuda y al amigo de la infancia del difunto. Robbie Mac pone en aprietos a Charlie.

Hank y Charlie se reúnen con Robbie Mac, para un proyecto que incomoda hasta al mismo Moody. Becca demuestra que heredó lo mejor de su padre durante una lectura de su último trabajo.

Atticus Fetch envía a Hank y a Charlie a conseguir algo que está necesitando.

Hank y Charlie vuelan en el avión de Atticus Fetch a Nueva York para presentar las canciones de la adaptación teatral de "A Crazy Little Thing Called Love".

Hank intenta usar a Atticus Fetch y a Marilyn Manson para enseñarle a Becca sobre los peligros de las drogas.

La crítica constructiva de Hank hace que Becca piense en dedicarse a otra cosa, mientras él recibe las primeras críticas del primer borrador del musical.

Atticus organiza una fiesta; Faith pone las chicas, el traficante pone las drogas, y los viejos amigos de Hank ponen la diversión.

Hank conoce a dos personas muy importantes en la vida de Faith.

Hank y Faith unen fuerzas para recuperar a Atticus. Marcy cae en una trampa, y Charlie responde a un misterioso mensaje de texto.

Todos se esfuerzan para que Atticus logre llegar al Greek Theatre. Hank toma una gran decisión sobre su futuro.