Cuando un aniquilador familiar secuestra a una adolescente, el quipo trabaja en ambos lados del país para salvarla.

Mientras el equipo busca a un sujeto desconocido que retira la médula espinal de sus víctimas, descubren una pista de su último caso que apunta a una red de asesinatos en serie.

El equipo debe dar caza a la principal mente detrás de la red de asesinos en serie, el psicópata y narcisista manipulador Elias Voit.

El equipo investiga la siguiente conexión con la red de asesinos en serie tras un allanamiento de morada. Además, Alvez y García convencen a Tyler Green para someterse a una entrevista cognitiva y poder desbloquear sus recuerdos de Sicarius.

Una sorprendente conexión obliga al subdirector Bailey a pedirle al equipo que investigue un caso en el que un sádico desconocido está atacando a jóvenes de la alta sociedad de Washington.

Las secuelas de la explosión amenazan con poner fin al caso Sicarius a menos que equipo pueda justificar una razón para mantenerlo abierto.

Con el destino de la investigación de Sicarius pendiendo de un hilo, el equipo investiga los actos de un psicópata desconocido que practica su propia forma retorcida de venganza del Antiguo Testamento.

Las luchas internas de Voit consigo mismo le llevan a un secuestro desesperado. Pero la obsesión de Rossi provoca que el equipo esté más cerca de la verdad que nunca.

Rossi hará todo lo posible para demostrar que Elias Voit es Sicarius. Pero Voit convierte a Rossi en su peor enemigo, poniendo en peligro su futuro en la Unidad.

Con Rossi en las garras de Voit, el equipo trata de estrechar el cerco sobre el asesino en serie mientras éste revela hasta dónde está dispuesto a llevar su último plan mortífero.