El exdetective de policía de Nueva York Carl Hickman recibe una oferta de trabajo de su amigo Louis Daniel. Éste necesita de su ayuda para atrapar a un peligroso asesino en serie que cruza fronteras sin ser detectado. Para ello se unirá a un equipo de especialistas.

Tommy sigue la estela de las anteriores víctimas del asesino en serie y Hickman debe enfrentarse a sus demonios para encontrar el miembro del equipo que falta. Por otra parte, una repentina tragedia cambia la vida del equipo para siempre.

El equipo se ha ganado el reconocimiento de las autoridades europeas y ya tienen oficina propia, Ahora deberán perseguir a una banda de ladrones que usan polonio, mortalmente radioactivo, como arma.

Un coche abandonado en Polonia y un cuerpo encontrado en Alemania involucra al equipo en un brutal Club de la Lucha. La única manera de desmontarlo será convirtiendose en víctimas.

El equipo debe resolver el último de una cadena de secuestros antes que los despiadados criminales asesinen a su víctima y pongan en peligro la vida de Dorn.

Maxim Marianski todavía está en manos de sus secuestradores y Louis sospecha que el mafioso ruso Dimitov esté involucrado. Pero Hickman tiene otra idea de quien puede estar detrás.

Un miembro del equipo queda atrapado en medio de un robo en La Haya. La despiadada banda intenta enmascarar otro crimen, la fuga de una prisión.

El equipo intenta parar una masacre transfronteriza provocada por el robo de drogas y el asesinato de la inocente hija de un capo de la mafia italiana.

Anne-marie desaparecida, el ordenador de Senastian ha sido jaqueado, Hickman es acusado de asesinato. Parece que los chicos malos van un paso por delante del equipo.

Con el enemigo de Hickman, Genovese, entre rejas, parece que las cosas mejoran para el equipo. Pero Louis desaparece y Dimitrov hace un ultimatum mortal.