Ciro Di Marzio es la mano derecha del capo Pietro Savastano. Él es el encargado de advertir a Salvatore Conte, el capo del clan adversario y responsable de obstaculizar los negocios de Savastano. Dicha advertencia, enseguida provoca una respuesta todavía más violenta y se inicia una sangrienta guerra entre clanes.

En el puerto de Nápoles, la Policía de delitos fiscales descubre y secuestra una carga de cocaína escondida en un mercante. La coca pertenece a Pietro Savastano. El capo, furioso, quiere descubrir quién de sus hombres ha dado el soplo. Preocupado por si le cogen, Pietro piensa que es la hora de que Genny se haga un hombre. Ciro es el encargado de iniciar al hijo del capo a la ‘mala vida’: deberá matar a un hombre a sangre fría.

En la cárcel de Poggioreale las cosas no son como imaginaba Pietro Savastano. Al entrar se encuentra con una situación más dura de lo previsto: un nuevo director ha establecido reglas rígidas e iguales para todos, incluso para un capo temido y respetado como él. Todos los presos le respetan y comienza una rebelión contra las oficiales.

Al clan nigeriano que vende crack en nombre de Pietro Savastano le ha llegado la noticia de que el capo está en la cárcel. Por eso han dejado de ingresar su cuota y han creado una verdadera fortaleza nigeriana. La situación es insostenible e Imma, la esposa del capo, no puede esconder a su marido su preocupación.

Musi, el contable de Savastano, invierte dinero en un asunto bastante provechoso económicamente pero sin haber informado a Pietro. Al estar en prisión, Pietro no se enterará, pero su mujer, Imma, se ha ido haciendo poco a poco con el clan y empieza a poner orden.

Imma se pone oficialmente al mando del clan y empieza a tomar las primeras decisiones para restablecer el orden: Ciro viaja a España para pactar una tregua con Salvatore Conte. Una vez allí, Conte se muestra cauteloso ya que Savastano siempre le había tratado con suficiencia y había infravalorado su imperio económico. Cuando intenta negociar, un tercer clan el de Vitaly Eremenko aparece.

Imma reúne a su clan para explicar todos los pasos que deben seguir para mantener el dominio del mercado de la droga. Su estrategia no será la fuerza, prefiere ganarse la confianza de la gente del barrio. Así, abren una nueva plaza para la venta de estupefacientes.

Genny ha vuelto de Honduras con un cambio radical. Ya ha dejado atrás los miedos y tras su dura experiencia fuera ha logrado parecerse a su padre. Su prioridad ahora son las elecciones de Giugliano, una localidad cercana en la que se va a construir un gigantesco centro de almacenamiento de mercancías, que los Savastano deberán poder gestionar a su antojo. Para lograrlo, Genny apoyará con todos sus medios a un amigo suyo en su campaña como candidato a la alcaldía.

Una vez tomadas las riendas del poder, Genny anuncia al clan su nueva política y todos coroneles se muestran entusiasmados con que él esté ahora al mando. Genny se ha convertido en un verdadero jefe y ya nada tiene que ver con el chico viciado e impulsivo de hace un tiempo. Mientras, Ciro, cada vez más frustrado e impaciente, toma bajo su tutela a Daniele, un joven de 16 años al que da un arma y le confía algunos encargos que no cree que sean demasiado arriesgados. Ciro le presenta dichos encargos como un salto en su carrera dentro del clan.

La tregua pactada entre el clan Savastano y el clan Conte se rompe con la muerte de Sr. Russo, el segundo de Salvatore Conte, que es encontrado asesinado con un fuerte golpe en al pecho. Conte decide volver a Nápoles decidido a descubrir si los Savastano están implicados en dicha muerte. También Genny quiere saber quién ha matado al hombre de confianza de Conte y reunirá a los suyos para asegurarse de que el clan Savastano no está implicado. Una nueva guerra con Conte lo único que conseguiría sería debilitar su supremacía en el territorio. Las dudas de Genny refuerzan a Ciro, que tiene de nuevo la sensación de que, después de tanto tiempo, el clan le necesita.

El descontento reina dentro del clan Savastano ya que los coroneles no soportan a los nuevos integrantes del grupo que rodean ahora a Genny. Los jóvenes han tomado el poder y creen que saben mucho más que los viejos miembros del clan. Genny se encuentra entre la espada y la pared. Por un lado tiene a su joven ejército, dispuesto a todo, y por el otro, a los coroneles, muy desestabilizados con los métodos que utiliza la nueva generación. Mientras, Ciro trata de aprovechar la situación y aviva las conspiraciones y los complots entre los miembros del clan. Imma, temerosa de que el clan se debilite a causa de los conflictos internos, habla con Genny para decirle que tiene que tomar las riendas de la situación. También se enfrenta a Ciro, consciente de sus conspiraciones.

Se ha declarado una guerra abierta dentro del clan Savastano y continúan sucediéndose los asesinatos. La ciudad es el escenario de un intenso fuego cruzado y la gente tiene miedo de salir de casa y de enviar a sus hijos al colegio. Genny sospecha de todos; hasta de su misma sombra pero, recluido en su búnker, sigue dando órdenes llenas de odio y sangre. El ajuste de cuentas entre él y Ciro es ya inevitable ahora que ya sabe la verdad sobre la mano derecha de su padre. Mientras, Pietro, convertido en un despojo humano dentro de la celda 41b, obtiene el traslado a una clínica privada.