Un infante de marina rescatado tras pasar 8 años como prisionero de guerra en Afganistán regresa a casa como héroe, pero la CIA sospecha que puede ser un agente enemigo.

Un agente encubierto con conexiones con un príncipe saudí que puede estar financiando actividades terroristas le suministra a Carrie una evidencia reveladora.

Una exclusiva entrevista de TV pondrá a la familia Brody en el centro de atención del país, a menos que Dana logre crear una distracción para evitar el proceso.

Políticos poderosos hacen grandes planes para promover a Brody como un héroe nacional, pero su comportamiento errático amenaza su imagen en los medios.

Carrie cree que sus sospechas sobre Brody pueden ser correctas cuando se enfrenta al único sobreviviente de los insurgentes que lo tuvieron de rehén.

Por iniciativa de Carrie, la CIA somete al polígrafo a todos los que estuvieron en contacto con Nazir ally Afsal Hamid, incluido Brody.

Carrie y Brody pasan un fin de semana en el campo que termina complicando aún más su relación.

Mientras Carrie y Saul se recuperan de la noticia de que Walker está vivo, las organizaciones de inteligencia debaten sobre cómo capturarlo.

Los esfuerzos de Brody por cortar lazos con Abu Nazir desencadenan una serie de recuerdos de sus días como cautivo.

Carrie y Saul identifican el contacto de Walker en Washington, pero el objetivo está protegido con inmunidad diplomática.

Tras una explosión, Saul descubre que Carrie está hospitalizada y en estado maníaco, y se da cuenta de que quizás sus salvajes teorías no son tan alocadas.

Una Carrie casi catatónica es obligada a permanecer en cama mientras Saul investiga las inquietantes implicancias de su tiempo.

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