Meses después de los sucesos que la llevaron a someterse a la terapia electroconvulsiva, Carrie parece haber encontrado un poco de paz en la contención de su familia.

Contra el consejo de su familia, Carrie se involucra en una operación que puede librar al mundo de Abu Nazir de una vez por todas.

Renovada tras sus aventuras en Beirut, la incansable Carrie se prepara para lo que espera será un regreso triunfante a la CIA.

Tras recibir un informe de Saul, Estes autoriza una operación encubierta en busca de información recuperada en Beirut y designa responsable a un agente de su confianza.

Apresan a Brody nuevamente, pero esta vez en tierra estadounidense. Luego de hablar sin fundamento en el hotel, obligan a Carrie a jugar un papel secundario.

Dana visita el hospital y queda impresionada con lo que ve allí. Por otro lado, Brody acepta trabajar con Carrie y Quinn para detener un ataque a los EE. UU.

Todavia sin recuperarse de la reciente emboscada, Carrie y el equipo se esfuerzan por recuperar el control. Brody y los suyos asisten a un evento en una granja.

Miente por Carrie. Miente por Roya. Y todavía le miente a Jessica. En su lucha por mantener claras las alianzas enmarañadas, Brody se dirige a la debacle.

Para Brody, todo amenaza con salirse de control, y esto lo obliga a hacer el llamado que ha estado evitando. Por su parte, Carrie se prepara para una reunión fundamental.

Algo se ha roto en la relación entre Brody y Walden, y esto puede afectar su futuro. Por su parte, Carrie descubre que no está tan informada como creía.

Carrie continúa tras los rastros de Nazir, pero sospecha que algo pasa en la agencia cuando, al interrogar a Roya, se revela su verdadera identidad.

Carrie debe tomar una decisión fundamental, mientras Brody se encuentra con Faber para considerar el futuro de la familia.