Frank intenta desviar la atención de la concienzuda investigación de sus artiimañas políticas con una de sus declaraciones más audaces y polémicas.

Francis ve la opción de explotar el lado oscuro de las fronteras digitales como una oportunidad de provocar un giro en la participación electoral.

El día de las elecciones se presenta preocupante y pone contra las cuerdas a Frank y Claire, empujándoles al límite de su campaña del terror y también de su matrimonio.

Ante las cada vez más escasas opciones de salir reelegido, Francis emprende una peligrosa nueva jugada con el objetivo de sembrar la duda en torno a los resultados de las elecciones.

Pasaron nueve semanas de las elecciones, y los Underwood buscan consolidar su poder. Entretanto, LeAnn intenta ubicar a Aidan Macallan.

Fuerzas desconocidas toman una estación estadounidense en la Antártida, y se filtra información que podría dañar a Frank.

Mientras el personal de la Casa Blanca se refugia en un búnker por una amenaza, la subsecretaria de Comercio Jane Davis hace negociaciones extraoficiales.

Frank busca apoyo entre los hombres más poderosos del país, y Claire se enfrenta a un barco ruso varado y a las amenazas de Petrov.

Petrov intenta influir en las decisiones de EE. UU. Jane se reúne con Claire. LeAnn acude a una periodista cuando su puesto pende de un hilo.

Los Underwood y su equipo intentan socavar al comité que investiga a Frank. Por otro lado, la investigación de Hammerschmidt se intensifica.

Todos están bajo la lupa mientras el equipo trata de controlar los efectos de las filtraciones y declaraciones, y crecen las tensiones entre Frank y Claire.

Frank trata de convencer a Cathy. Con Hammerschmidt mordiéndoles los talones, los Underwood sacrifican a alguien muy cercano.

Un anuncio sorprendente sacude la Casa Blanca. Declarar la guerra es una posibilidad.