Devalos acude a Allison para resolver la desaparición de la hija de su ama de llaves, Elena, una estudiante universitaria aparentemente aplicada. El fiscal del distrito, cuya familia está muy unida a la joven, está convencido de que la ausencia prolongada de la muchacha no es nada normal.
Allison tiene una visión en la que aparece el doctor que salvó su vida cuando tuvo una reacción adversa a un medicamento mientras se encontraba en coma en el hospital. La vidente se lo encuentra en persona mientras se encuentra visitando a su amiga Rosemary, que padece cáncer y está ingresada en el hospital.
Allison tiene visiones en las que aparece un asesino en serie que no ha atacado en 11 años. Pronto empiezan a aparecer nuevos cadáveres con las mismas marcas que dejaba el criminal, con lo que la policía cree que ha vuelto a entrar en acción. Neil Greybridge, uno de los compañeros de terapia de Allison que fue víctima de un atraco, ayuda a la vidente a descifrar sus sueños para averiguar la identidad del asesino. Joe, mientras tanto, empieza a trabajar, pero se sorprende al descubrir que su jefe no le encarga trabajo. Al principio no le importa, pero pronto decide hacer algo al respecto.
Allison tiene un extraño sueño en el que Joe y las chicas son todos unos bebés. Al día siguiente, Allison y Scanlon son llamados a la casa de Scott y Dana Carlow, quienes creen que su ama de llaves, Elizabeth, ha secuestrado a Bryce, el bebé de ambos. Los sonidos del bebé Eerie llevan a Allison hasta una casa donde encuentra a Bryce en un horno. A Allison la invade un extraño sentimiento de que necesita quedarse con el bebé para protegerlo, pero Joe la convence de ir a dejarlo a la policía; mientras, aparece el cadáver de Elizabeth y su primo Alberto identifica el cuerpo. Allison también tiene la visión de Lucy, la hermana fallecida de Bryce, diciendo que el bebé no está seguro en la casa de la familia Carlow.
S06E01 25/09/2009
Un Déjà Vu otra vez
VotarAllison sufre secuelas tras despertar del coma y debe luchar para recuperar el pleno uso de su cuerpo. La vidente teme no poder volver a tener visiones nunca más, pues su don ha quedado alterado.