Scott y Stonebridge se dirigen a Colombia para localizar a Leo Kamali, un financiero terrorista con lazos con el cártel de la droga.

En Bogotá, Scott y Stonebridge orquestan un atraco al banco para localizar al escurridizo Kamali.

En Beirut, Kamali lleva a Scott y Stonebridge hasta James Leatherby, un despiadado mercenario con lazos con al-Zuhari.

Scott y Stonebridge escenifican un rescate valiente cuando Leatherby toma de rehén a la hija de Kamali, Ester. La obsesión de Dalton da un giro peligroso.

En Budapest, el equipo lucha contrarreloj para intentar impedir un robo de armas que podría acabar en un importante ataque terrorista.

Scott y Stonebridge siguen su última pista, un importante hombre de negocios de Budapest con lazos con al-Zuhari, en un intento por localizar a MacKenna y las armas destinadas a un ataque inminente de al-Zuhari.

Haciendo de camellos, Scott y Stonebridge se infiltran en una cárcel rusa para evitar que un prisionero hackee el disco duro de la OTAN. Logran la inesperada ayuda de un agente secreto con lazos con Locke.

Scott busca cómo salir de la cárcel de Black Bear, mientras que Locke empieza a sospechar de Kamali. El equipo se apresura para localizar a Stonebridge, cuya situación empeora cuando conoce el plan de primera mano de Al-Zuhari. Ulyanov continúa con su venganza.

Scott y Stonebridge intentan mantener su promesa de proteger a Ester. Tras interrogar a un sospechoso, Richmond y Martinez siguen a un socio de Al-Zuhari, obteniendo información clave. Al creer que un ataque es inminente, el equipo se pone en marcha para detener a un infiltrado.

Scott y Stonebridge se enfrentan a un nuevo actor importante en el plan de Al-Zuhari. Conforme se acerca el momento del ataque, el equipo recurre a medidas cuestionables, lo que desata el conflicto en la unidad.