Catalina va a Rusia para casarse con el emperador. Tras convertirse en emperatriz, ve que Pedro es un egoísta. Dada su desesperación, Marial, la sirvienta, le propone derrocarle.

Catalina inicia un golpe de estado. Siguiendo el consejo de Marial, intenta seducir y reclutar al intelectual de palacio, el Conde Orlo. Es un desastre, pero al final le convence.

Catalina, Orlo y Marial siguen con su golpe de estado. Pedro, que ve que Catalina no es feliz, le regala un eunuco, Leo. Ella duda al principio, pero Leo se las arregla para seducirla.

Catalina trata de arreglar su reputación en la corte y su relación con Leo. Muere un influyente patriarca de la iglesia. Orlo trata de influir en la decisión de Pedro para que lo reemplace.

Mientras la guerra con Suecia continúa, Catalina y tía Isabel visitan al ejército en el frente ruso. Grigor se enfrenta a la relación de Pedro y Georgina y envenena a Pedro.

Tras su experiencia cercana a la muerte, Pedro escucha las ideas progresistas de Catalina y quiere tener un heredero. Orlo investiga quién envenenó a Pedro y se enfrenta a sus demonios.

Catalina es optimista, hasta que un brote de viruela hace que Pedro vuelva a sus viejas costumbres. Mientras tanto, la relación entre Leo y Catalina sufre y Georgina extraña a Pedro.

Catalina pone a prueba sus habilidades políticas cuando tiene la oportunidad de ir al extranjero. Leo quiere dejar la corte. Marial trata de retenerlo allí hablándole del golpe de estado.

Hallan un cuerpo. Pedro tortura a todos en palacio para encontrar a los traidores asesinos. Marial le confía a Archie los planes de Catalina. Catalina se da cuenta de que está embarazada.

Catalina sigue adelante con el golpe. Marial la traiciona diciéndole a Pedro que está embarazada. Catalina se da cuenta de que la única opción de una Rusia más grande es luchar, sin Leo.