Jamie Burns sobrevive a un accidente de tráfico en el que muere un viejo amigo suyo. Poco después, el inspector Harry Ambrose acude al lugar del suceso.

Jamie tiene varios flashbacks inquietantes. Sonya le cuenta al inspector que Jamie volvió a su finca. Ambrose intenta ganarse la confianza de Jamie.

Ambrose da con el antiguo compañero de habitación de Jamie, que le cuenta algo raro de su época universitaria. Leela da a luz y la ansiedad de Jamie se dispara.

Jamie se escapa del hospital y Ambrose lo persigue por las calles de Nueva York para impedir que hagan disparate.

Jamie se niega a entregarse y Ambrose recurre a la policía. Leela le pide explicaciones a Jamie después de estar con Sonya en la tienda.

Sonya ve una faceta desconocida de Jamie. Leela está aterrada y busca respuestas. Ambrose, obsesionado con descubrir la verdad, corre un gran riesgo.

La investigación da un vuelco cuando aparecen nuevas pruebas. Sin embargo, el desprecio por las normas de Ambrose podría echar a perder el caso.

Ambrose se da cuenta de que Jamie solo piensa en vengarse y avisa a sus seres queridos del peligro que corren.