Tras descubrir que el cadáver que apareció en el barco de Hugo no pertenece a Philip Norman, la prioridad es encontrarle para saber qué pasó hace siete años y conocer la identidad del cuerpo que apareció calcinado y decapitado. Mientras tanto, los Toy Boys vuelven a bailar. El reclamo de Hugo como antiguo convicto se convierte para Iván, dueño del Inferno, el local donde realizan sus espectáculos, en su principal reclamo comercial. Las deudas ahogan a Iván y el éxito de los Toy Boys es su única esperanza. La investigación de Triana da sus frutos y descubre pagos realizados por un testaferro a una sucursal de un banco de Melilla, pagos que podrían tener a Philip como destinatario. Allí se dirigen con la esperanza de encontrarle y descubrir, por fin, la verdad que convertirá a Hugo en un hombre inocente y libre.
Tras huir de Hugo y Triana en Melilla, Philip aparece en Marbella. Está dispuesto a entregarse a la policía y explicarlo todo, pero antes quiere ver a su hijo Andrea. Frustrado por no haber capturado a Philip, Hugo sigue investigando y descubre que la fatídica noche de hace siete años Andrea fue violado. Al enterarse, Macarena estalla de ira y acusa a su marido de ser el autor de esa violación y que por eso simuló su muerte. Quiere vengarse, ajusticiarle, pero antes de que esto suceda, Philip es asesinado. Todas las sospechas recaen de nuevo en Hugo. Para conseguir pruebas, Zapata, el Comisario Jefe de Marbella, decide infiltrarse en el Inferno. Iván, por su parte, descubre que Claudia, su cuñada, la mujer de su hermano, preso en Bolivia por tráfico de drogas, está siendo presionada por un grupo de narcos para que esconda un alijo de cocaína. Iván se debate entre ayudar a Claudia, con la que tiene una especial relación, o usar la droga para resolver sus deudas.
El Comisario de Marbella, Zapata está convencido de que el asesino de Philip es Hugo. Chantajea a Claudia para que sea su topo en el Inferno. Gracias a ella consigue las imágenes de las cámaras de seguridad del local. Ajenos a las maniobras de Zapata, Hugo y Triana afianzan su relación más allá de lo profesional. Su atracción mutua hace que suceda lo inevitable y acaben acostándose. Sin embargo, Triana sufre una gran decepción cuando descubre que Hugo le ha ocultado que estuvo en la escena del crimen en la que murió Philip. Pierde la confianza en él, como amante y como cliente. Revisando las imágenes de las cámaras de seguridad del Inferno que le ha facilitado Claudia, Zapata descubre que Hugo abandonó la sala a las horas en las que Philip fue asesinado. Las pruebas le señalan: esta vez va a ser difícil demostrar que es inocente.
Hugo ingresa de nuevo en la cárcel acusado de asesinar a Philip. Triana, a pesar de haber perdido la confianza en él, sigue investigando. Accede a la base de datos del reloj de actividad física de Philip y confirma, contrastando la hora de su muerte con las imágenes de las cámaras de seguridad del Inferno, que Hugo no puede ser el asesino. Una vez exculpado, Macarena cree que fue Ángel, padre de Álvaro Rojas, el asesino de Philip. La función de geo localización del reloj sigue activa e indica que el reloj está en su poder. Su teoría es que Álvaro violó a Andrea, que Philip lo supo y le mató, y que ahora Ángel ha vengado la muerte de su hijo. En el Inferno, Iván descubre que Zapata está usando a Claudia como topo, y Jairo, uno de los Toy Boys, afianza su relación con Andrea más allá de la amistad. Todo parece volver al punto de partida hasta que Zapata descubre la identidad del cuerpo que apareció calcinado y decapitado hace siete años en el barco de Hugo.
Una vez identificado el cuerpo calcinado –un indigente con antecedentes de abuso a menores–, Hugo acaricia la libertad más que nunca. Una situación que le permite afianzar su relación con Triana. Ambos empiezan a verse como pareja y empiezan a pensar en su futuro juntos. Sin embargo, Macarena no cree la versión de Zapata. Sigue creyendo que Álvaro Rojas es el violador de su hijo. Ayudada por María Teresa, hija de Benigna y madre se Álvaro, logra localizarle en el Caribe y traerlo de vuelta a España. El chaval resulta no ser Álvaro sino un chico contratado por Philip para hacerse pasar por él y mantener así el engaño. Ahora ya no hay duda: el cadáver que apareció en el barco de Hugo es el de Álvaro Rojas.
De nuevo en el punto de mira, Hugo se propone recordar qué pasó exactamente la noche de hace siete años. Lo último que recuerda antes de despertar en su barco junto al cuerpo de Álvaro en llamas, es estar en una orgía con Macarena. La hipnosis no es suficiente, así que pide a Macarena que vuelva a llevarle a una de esas fiestas. Allí no encuentra la respuesta que buscaba, pero descubre que Álvaro era un proxeneta que prostituía a adolescentes para empresarios adinerados, entre ellos Philip. Mientras tanto, tras el fracaso de la identificación del cadáver calcinado, y presionado por sus superiores, Zapata busca un golpe de efecto. Su idea es incautar la droga que esconde Iván y apuntarse un tanto. Para ello necesita la colaboración de Claudia que se ve en el dilema de traicionar o no a su cuñado. Hugo y Triana buscan a las chicas que trabajaban para Álvaro y dan con Azucena. Ella estuvo en la casa el día en que violaron a Andrea y en que murió Álvaro.
Azucena, hermana de la alcaldesa de Marbella, aparece muerta antes de que haya podido declarar ante la jueza. Sin el único testigo que quedaba vivo, solo queda hablar con Andrea. Hugo trata de convencerle para que cuente lo que pasó ese día, pero él tiene otros planes: huir de la ciudad con Jairo y desaparecer para siempre. Por su parte, Iván ha logrado esquivar a Zapata pero el cártel boliviano le presiona para que devuelva la droga. Acorralado, trata de escapar con su familia a Marruecos, pero los narcos le interceptan. Ha de conseguir la droga como sea y solo se le ocurre una cosa: usar su pasado como policía para conseguirlo. Usando su vieja placa, asalta un narcopiso y se hace con la cantidad que le falta. Antes de huir con Jairo, Andrea sufre un brote psicótico y es ingresado en una clínica psiquiátrica. Hugo y Triana se quedan sin pistas que seguir, hasta que Hugo recibe una misteriosa llamada de alguien que dice saber qué pasó esa noche de hace siete años.
La llamada que recibe Hugo resulta ser una trampa de María Teresa que le secuestra en el sótano de su casa. Hugo la convence de que no es el asesino de Álvaro y logra llevarse su agenda. Ahí descubre los chantajes de Álvaro, en concreto un video por el que pidió a alguien una elevada cantidad hace siete años. La víctima podría ser su asesino. Hugo vuelve a contactar con él reproduciendo el chantaje y fruto de ese encuentro logra descubrir la identidad del chantajeado por la matrícula de su coche: Mateo Medina. Andrea permanece ingresado en la clínica psiquiátrica. Logra contactar con Jairo que, ayudado por los Toy Boys, logra rescatarle y sacarle de ahí. Mientras tanto, Luisa, la nueva comisaría que ha apartado a Zapata de su puesto, decide, con las pruebas que le aportan Hugo y Triana, detener a Mateo. Tras una persecución, Zapata procede a su detención.
Con Borja detenido, el caso parece cerrado. Solo hay que conseguir las pruebas para presentarlas al juez. Sin embargo, el almacén donde se custodian sufre un misterioso incendio. El autor es Iván, chantajeado por Zapata, que sabe de su asalto al narcopiso. Además, Borja consigue probar su coartada con unas grabaciones en las que aparece con la alcaldesa recibiendo comisiones a la misma hora en la que se produjo el asesinato. De nuevo, se pierde la pista de quién asesinó a Álvaro Rojas. La empresa de los Medina amenaza la quiebra. Benigna propone a Macarena fusionarse con ella como única salvación. A la hora de firmar el acuerdo, Ángel y María Teresa, también accionistas, votan a favor de Mateo como presidente dejando fuera a Benigna. Hugo y Triana vuelven a quedarse sin pruebas que demuestren su inocencia. Solo saben que la cabeza de Álvaro fue transportada de un sitio a otro y que eso solo pudo hacerse manteniéndola en frío.
Fue Zapata quien compró el hielo. Según Hugo y Triana, es él quien tenía la cabeza de Álvaro. Luisa quiere acabar con él y decide ir a por quien lo sabe todo: el policía más fiel a Zapata: Ortega. Andrea le pide a Jairo que custodie el usb con su confesión. Solo puede abrirlo si le pasa algo. Además, le propone vivir juntos. Su tío Mateo no aprueba la decisión de Andrea. Le ofrece a Jairo una gran cantidad de dinero para que se olvide de su sobrino. Jairo duda. Hugo, por defender a Jairo, tiene una pelea con Mateo y es detenido por agredirle. Vuelve a la cárcel justo cuando Benigna decide dejar de pagar a Triana para que le defienda. Pero Triana no piensa dejarle en la estacada. Volver a ejercer de abogada de Hugo sin el consentimiento del bufete, provoca su despido. El caso parece avanzar. Por un lado, Borja, por ayudar a Macarena, que se ha quedado sin coartada para esa noche, confiesa que fue él quien mató a Philip.
Tras la traición de Jairo, que ha aceptado el dinero de Mateo para abandonarle, Andrea ha quedado en estado de shock. Jairo, sin embargo, se resiste a abandonar Marbella, parte fundamental del trato, lo cual provoca que Mateo contrate a unos sicarios irlandeses que le asaltan en su hotel. Le roban el dinero… y el ordenador con el usb con la confesión de Andrea que Jairo estaba empezando a ver. Hugo descubre que existe esa confesión y se pone como objetivo recuperar el pen drive. Para ello, los Toy Boys deberán infiltrarse en una fiesta de los irlandeses. Triana, a pesar de estar desempleada, sigue investigando. Descubre que existe una sociedad que los Medina utilizan para blanquear dinero. A través de dicha sociedad, adquirieron un inmueble en Melilla, justo donde Philip permaneció oculto siete años. Junto a Iván, acude allí y descubre que, durante todos esos años, Philip recibió vídeos todos los cumpleaños de su hijo. Macarena sabía que su marido estaba vivo. Sabe más de lo que dice.
Zapata pide a Macarena dos millones de euros por el vídeo de su hijo. Encarga el pago a Mateo que, nada más tener el vídeo en su poder, lo filtra a la prensa. En todas las pantallas de televisión, resuena el nombre que Andrea señala como su violador y como asesino de Álvaro y Philip: Hugo. Ante la confesión de la víctima, Hugo poco puede hacer. En su huida, una llamada le convoca en la finca de la familia Medina. Ahí se encuentra a Andrea a punto de ser asesinado por el verdadero culpable: Mateo Medina. Tras secuestrar a Andrea y obligarle a grabar un nuevo vídeo acusando falsamente a Hugo, ha montado esta escena para que muera y Hugo aparezca ante todos como su asesino que él, el tío de la víctima, va a encargarse de ajusticiar. Cuando Hugo va a ser disparado, una bala salvadora impacta en Mateo.
S01E01 08/09/2019
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VotarSiete años después, Hugo Beltrán, estríper de Marbella, sale de la cárcel donde ingresó acusado de matar a Philip Norman, marido de Macarena Medina –antigua amante de Hugo e importante empresaria de la Costa del Sol–, y cuyo cadáver apareció en el barco de Hugo calcinado y sin cabeza. De su defensa se encarga Triana, joven abogada de un gran bufete que, al reabrir el caso descubre un sinfín de irregularidades que ponen en duda la culpabilidad de Hugo. Todo apunta a que fue un falso culpable. Los dos empiezan a trabajar para descubrir la verdad sin saber que detrás de todo está Doña Benigna, matriarca de la familia Rojas y gran rival de Macarena que, financiando su defensa en la sombra, busca hundir la reputación de la familia Medina y hacerse con la concesión de la construcción del nuevo puerto de la ciudad. La salida de Hugo de la cárcel es, además, bienvenida por sus antiguos compañeros de baile que ven una gran oportunidad para volver a juntarse y relanzar a los Toy Boys.