Amo y señor del mundo, el hombre, junto a su aliada la ciencia, ya ha diseñado objetos para satisfacer todas las necesidades cotidianas habidas y por haber, desde los oficios de la casa hasta los laborales y los dedicados al placer. Sin embargo, hay algo que aún no se ha inventado: una máquina que sea capaz de dar amor. Así surge el proyecto David. Gracias a éste, una pareja cuyo hijo natural yace congelado, víctima de una enfermedad incurable, reencuentra la alegría de vivir al adoptar a un niño robot.