Infiltrando la Trata de Blancas

En el foro SubAdictos hay un traductor (lamentablemente no recuerdo su nick, pero creo que usaba como avatar una foto de Elvis Presley) que generosamente y en forma extraordinaria publicó una especie de decálogo respecto a lo que hay que hacer y a lo que hay evitar en la traducción de subtítulos del inglés al español. El trabajo de ese colaborador de SubAdictos ha sido una guía permanentemente por los mediocres trabajos de subtitulación de quien esto escribe. Entre otras cosas, hacía hincapié en la inutilidad de traducir interjecciones como “wow”, “ouch”, “hum”, “ha”, "oh" y otros términos que por sí mismos se expresan sin necesidad de traducción por la sola pronunciación de los mismos. Omitirlos evita una redundancia innecesaria y, además, colabora en la tarea de abreviación para que la versión española tenga la mínima cantidad de caracteres necesarios para que su lectura pueda ser posible en los breves segundos asignados a los diálogos. Pero, ¿qué tendrá que ver toda esta introducción con Catch The Fair One? Porque esta obra es un claro ejemplo de un guión en estado de gracia, en el que se dice estrictamente lo necesario. En el que ya en el original se ha evitado por completo el uso de interjecciones innecesarias, y los diálogos son apenas los imprescindibles para mantener la coherencia de la trama.

De esta manera esta película tiene su mayor fortaleza en el libreto. Sucinto, abreviado y tan sólo lo justo para expresar ideas. Esta es una película de cinematografía pura. Escrita, dirigida e interpretada a fuerza de talento en imagen y sonido. No hay parlamentos grandilocuentes, exclusivamente se apela a la imagen y a unos efectos sonoros magníficos, además de una música muy medida y para nada funcional que acompaña el drama que se cuenta.

En este sentido debe resaltarse la notable realización del tráiler promocional que logra exponer exclusivamente con banda sonora e imagen sino una idea general del argumento, pero sí logra crear una atención que invita a ver esta película.

Tal vez sea una historia que se ha contado muchas veces antes, aquí la búsqueda de una hermana desaparecida en las redes del tráfico de la prostitución comienza como un drama de ausencia, de redención y de re-encuentro, pero poco a poco va mutando en una espiral de venganza sádica y violenta. No puede adelantarse mucho del desarrollo porque se caería en el indeseado spoiler. Pero cabe destacar una gran actuación de la protagonista principal Kali Reis, que no es precisamente una actriz profesional sino que es una campeona mundial de boxeo femenino, en un personaje que encaja justamente en su rol real. Es notable ver como la dirección pudo extraer mínimos gestos faciales de una no actriz y transmitir así las miserias e inhumanidades de tan terrible red criminal.

Una película que te atrapa y que, encima, no necesita apelar a las más de 2 horas del cine actual para contar una historia. Le bastan apenas 80 minutos para presentar la trama, los antecedentes de los personajes, desarrollar sus psicologías, exponer la historia y darle un remate contundente al final.

Así se hace cine. Así da gusto ser espectador. Muy recomendada y la exhortación a que no se pierdan el visionado de esta magnífica obra.