La película refleja claramente cómo alguien que pierde la memoria vuelve a tener que aprender todo, incluso quién es su familia, y cómo puede llegar a ser otra persona diferente. Cómo de ahí surge una nueva relación, con su misma mujer de antes, con su misma hija, cómo cambia la familia aún tratándose de los mismos miembros. Y de ésta historia se extraen enseñanzas más básicas: cómo pequeñas decisiones nos cambia la vida, qué poco nos pareceríamos a nosotros mismos en otras circunstancias... Fuera de ésta la película está muy bien llevada, con un tempo lento, muy acorde al "renacimiento" de Henry, con un Harrison Ford expléndido y muy creíble. Una gran película.