Intrascendente superproducción

Pretender que la existencia humana trascienda hacia estadios superiores del conocimiento y la conciencia a través de la informática es un punto de partida interesantísimo para una historia de ciencia ficción. Pero no alcanza solamente con la idea, hay que llevarla a cabo y provocar aunque más no sea una pequeña inquietud en el espectador. Y esto es lo que falla en mi opinión: además de ser muy (pero muy) confusa es bastante aburrida.

Ni siquiera tiene rubros destacables en los que uno pueda disfrutar lo que se ha vendido como una superproducción, los escenarios son pobres y los efectos especiales parecen hechos para un telefilme. De la actuación, teniendo en cuenta que se cuenta con Johnny Depp, tampoco puede pretenderse gran cosa. A propósito de esto último, siempre según mi modesto punto de vista, me hizo acordar a dos actores: uno muy grande (Anthony Queen) y otro un mediocre (Liam Neeson), ambos cuando fueron dirigidos por buenos directores dieron mucho que hablar, pero a partir de ahí Anthony Queen siguió interpretando eternamente a Zorba el griego y Liam Neeson en todas las restantes películas siguió siendo Schlinder.

Pues bien, aquí Johny Depp repite hasta el hartazgo sus mohínes y su pétreo rostro del Cap. Sparrow en Piratas del Caribe. Lo único destacable, como es habitual, la breve aparición de Morgan Freeman