Hartos de las incomodidades de su vieja casa, Larry y Cheryl se han mudado a un hotel mientras cierran la compra de un chalet costero de cuyo interior surgen extraños sonidos.

Larry cree que el profesional de la lucha libre, Thor Olson, es el culpable de haberle rajado los neumáticos debido a una discusión que tuvieron en la carretera, y jura vengarse.

Tras haber sido incapaz de comprar la pulsera que quería regalarle por su cumpleaños, Larry sorprende a Cheryl con un romántico regalo, pero luego se va a jugar al golf con Jeff.

Larry sospecha que Allan Wasserman (Port Charles), presidente de HBO, se comió unas cuantas gambas de su comida china cuando, por equivocación, el restaurante confundió ambos pedidos para llevar.

Larry decide que jamás podrá volver a confiar sus secretos íntimos a su psiquiatra tras verle en la playa vestido con un apretadísimo tanga, y empieza a maquinar cómo terminar su relación.

Larry llega a un acuerdo con un acupuntor según el cual no tendrá que pagarle los 5.000 dólares a los que asciende su tarifa, siempre y cuando sus dolores de espalda no desaparezcan.

Para hacerse el simpático con una de las ejecutivas de la ABC interesada en su nuevo proyecto, Larry se pone a jugar con su hija y se carga accidentalmente su valiosa muñeca.

Larry se gana a pulso la ira de miles de aficionados de Los Angeles Lakers tras pisarle el pie a Shaquille O'Neal justo antes del inicio de un importante partido.

Richard Lewis acusa a Larry de borrarle repetidamente los mensajes del contestador automático y Larry acusa a su vez a varios pasajeros de robarle sus billetes de avión.

Larry se mete en líos por culpa de la psíquica de Cheryl, que gracias a sus poderes intuitivos se entera de que éste ha requerido los servicios de una masajista poco ortodoxa.