La vida de Dexter parece volver poco a poco a la normalidad hasta que elige como víctima a un traficante que, además, es el objetivo del asistente del fiscal del distrito Miguel Prado. Mientras tanto, Asuntos Internos presiona a Debra para que delate a su nuevo compañero, Joey Quinn.

Todos los policías de Miami tienen como objetivo encontrar al fugitivo Freebo, acusado de haber asesinado al hermano menor del asistente del fiscal del distrito Miguel Prado. Dexter y Rita plantean hacer una gran decisión sobre la familia.

Dexter se encuentra a otro depredador — aunque este es un pederasta. Freebo es el supuesto responsable del asesinato de Oscar Prado, aunque Dexter sabe la verdad. Además, Dexter tiene que lidiar con su amistad cada vez mayor con Miguel.

Dexter se esfuerza en convencer a Rita de que su propuesta de matrimonio es sincera y romántica. Ramón Prado, el vengativo hermano de Miguel, busca desesperadamente al asesino de Oscar (que en realidad es Dexter).

Al oír la historia de un hombre que ha salido impune tras haber asesinado a dos esposas por el beneficio financiero, Dexter se dirige hacia Bimini para interceptarle; sin embargo, Rita tiene una emergencia médica justo en cuanto él desaparece.

Dexter pone a prueba a Miguel para determinar si su amigo ha descubierto su secreto, mientras Rita pierde su trabajo y se pregunta si alguna vez tendrá una carrera exitosa.

Dexter empieza a trabajar junto con Miguel, aunque ambos pronto empiezan a tener diferencias a la hora de elegir a una nueva víctima. Rita descubre que la mujer de Miguel sospecha que él tenga una aventura con alguien. Una vieja amiga de Dexter pide ayuda para acabar con su vida.

Dexter trata de enseñar a Miguel a seguir el código sin saber que está alimentando la sed de sangre de su compañero. Debra cada vez está más cerca de encontrar al despellejador; al revelar un secreto a Anton, él desaparece.

La amistad entre Dexter y Miguel se vuelve tensa. Rita confronta a Miguel respecto a las sospechas de infidelidad de su mujer. Furiosa, Debra se esfuerza todo lo que puede en buscar a Anton tras revelarse que ha sido secuestrado por el despellejador.

Una serie de acciones similares a movimientos de ajedrez empiezan a llevarse a cabo entre Dexter y Miguel en su lucha por llevar la delantera, con Miguel ganándose el afecto de Rita con un lujoso regalo de boda. Debra se pregunta si vale la pena el esfuerzo por su relación con Anton.

Dexter debe encontrar una forma de librarse de Miguel, a pesar del hecho de que su amigo es un fiscal bien posicionado (así como su padrino de boda). Rita descubre que Miguel ha estado viéndose con LaGuerta. Debra descubre una nueva pista relacionada con la identidad del despellejador.

Ahora que Miguel ya no es un problema, Dexter trata de calmar al emocionalmente inestable Ramón Prado. Nuevos problemas surgen conforme se acerca la fecha de la boda con Rita. Debra está a punto de recibir su placa de detective, aunque su ascenso podría verse amenazado por cierta información.