Seth y Richie caen rápidamente al fondo de la jerarquía de las culebras, un misterioso intruso interfiere con su nuevo trabajo de colectores.

Todos los caminos llevan a Freddie y a Ximena a Brasa cuando investigan una serie de oscuros asesinatos. El recientemente encarnado Amaru tiene en la mira a Santánico.

Los Gecko buscan a un legendario cazador. Freddie se encuentra con un antiguo dolor de cabeza que urde un plan retorcido bajo la forma de una culebra.

Scott tiene un encuentro con Amaru, incitando a que los Gecko lo usen como carnada, pero el grupo de pronto se encuentra asediado por guerreros aztecas del infierno.

Las cenas familiares de los suburbios se pueden poner feas si los vecinos empiezan a experimentar un irresistible deseo por comer carne humana.

Seth y los demás planean rescatar a Richie de un hospital psiquiátrico abandonado donde lo tienen secuestrado, sin saber el horror que les espera.

Gracias a la nueva información, los Gecko deberían pasar a la ofensiva, pero encuentran en su camino un demonio venenoso con el poder de alterar la percepción.

Santanico les prepara una sorpresa a los Gecko, que entonces pueden infiltrarse en la prisión y llegar al último jefe que queda.

Los vivos y los resucitados se arman y atacan un espeluznante pueblo fantasma con el objetivo de evitar que el verdadero ser de Amaru abra las puertas del infierno.

Richie resiste el sol sin protección para atrapar a Amaru y es testigo de algo alarmante. El equipo lucha para evitar que el infierno se desate en la Tierra.