Tras regresar de su exilio voluntario, Enrique Pastor regresa a “Mirador de Montepinar”, donde descubre que su ‘añorada’ comunidad vive agitadas y dramáticas situaciones, como la de Amador y Maite que se han instalado como okupas en el piso de Izaskun.

Ante las quejas de las ancianas al ver que sus hombres ya no se fijan en ellas y sólo quieren tener citas con las chicas que les proporcionan los cuquis, Maite y Amador deciden ampliar su negocio y dedicarse también a las mujeres de la residencia.

Requeridos por la cúpula directiva de 'Mirador de Montepinar', dos obreros gays llevaron a cabo la instalación de gas del inmueble. Impresionada por el buen hacer de Paco y de su compañero en la ejecución de la obra, Estela les contratará para que realicen una completa reforma del Bajo A, su nuevo lugar de residencia en el que iniciará una tormentosa convivencia junto a Fermín.

Después de ponerse al frente del Max & Henry, Fermín decidió hacer una improvisada fiesta de Halloween que iba a tener un final terrorífico. La burundanga corría de forma clandestina e hizo perder el control a algunos de los invitados, en especial a Recio y Antonio, que se despertaron al día siguiente en la cama juntos, desnudos y haciendo la cucharita.

La construcción de un almacén de residuos nucleares frente a la comunidad provoca la airada protesta de los vecinos, encabezados por Antonio, que está dispuesto a cualquier cosa para cerrarlo. Por su parte, Estela, que quiere dar el salto a la producción cinematográfica, decide hacer una película sobre su propia vida y elige a su hija Lola para hacer el papel protagonista.

En su larga y azarosa vida sentimental ningún hombre ha conseguido llevar al altar a la carismática e impredecible Estela Reynolds.

¿Casarse con Lola tan pronto fue una decisión acertada? Si no lo hubiera hecho, ¿podría disfrutar ahora de una acomodada vida como empresario de éxito? Son algunas de las cuestiones que Javi se planteará a raíz de la llegada al complejo residencial de Gabi, un antiguo amigo de la facultad, vividor y millonario.

Tras regresar a ‘Mirador de Montepinar’, Judith trata de llevarse bien con Enrique para evitar que le ponga pegas con la custodia de su hijo y poder así retomar su apacible vida en Chicago lo antes posible.

Estela Reynolds vive obsesionada con “Desembraga a fondo”, la película de los 70 que protagonizó junto a Fernando Esteso. Tras el rodaje perdieron el contacto y 40 años después, ambos volverán a reencontrarse cuando la Reynolds se propone rodar un remake del famoso largometraje.

La llegada de la bella estudiante y activista Flor convulsiona a los varones de Mirador de Montepinar, especialmente a Antonio y Amador, que rivalizan entre sí mientras acompañan a la joven en sus aventuras anti-sistema.

Varias denuncias cruzadas entre los vecinos llevan a una rigurosa funcionaria a hacer una visita obligada a Mirador de Montepinar. La temida inspectora de Trabajo efectúa una pormenorizada labor de investigación para destapar las irregularidades laborales del mismo.

Casado con la propietaria de una guardería, Curro planea cambiar de lugar de residencia. La cercanía de Mirador de Montepinar al centro infantil que dirige su esposa llevan a la pareja a visitar la urbanización en busca de un piso de alquiler y a conocer a algunos de sus singulares habitantes, mientras Javi y Judith tratan de matricular a sus respectivos hijos en la guardería.

No pueden más. Al borde de la exclusión social, cercados por la justicia y acuciados por las dificultades económicas, Amador y Maite toman una decisión desesperada: escapar al bosque con los niños para vivir al margen de la sociedad.