La heredera Lucy Savage llega a Tánger en 1955, uno de los últimos puestos de avanzada de la decadencia colonial y un choque cultural en más de un sentido.

Lucy recibe una invitación para una fiesta de despedida exclusiva, a la que asiste con Adham. Más tarde, la invitan a almorzar con la Secretaria sin su esposo.

Hugo lucha con asuntos pendientes que el padre de Lucy le pidió que se ocupara. Adham encuentra que su porte real es de poca ayuda en la Interzona.

Después de su descubrimiento sobre Hugo y Adham, Lucy se traslada a la casa de la Contessa Mandrax, donde es consolada por Lili. Cherifa vuelve a Tánger.

Lucy conoce a Bill, quien dice ser un artista pero en realidad es un agente encubierto de la CIA. Mientras tanto, Cherifa cae en la trampa del secretario.

Lucy decide colaborar con la CIA para atrapar a su padre y se ve obligada a trabajar con Cherifa para liberarse.