Teherán, 4 de noviembre de 1979: Durante la Revolución Islámica Iraní, una turba de estudiantes y civiles toman por repentino asalto las instalaciones de la Embajada Estadounidense en dicha capital. Casi todo el personal diplomático fue tomado como rehén. Pero en medio del caos y el pánico, un grupo de funcionarios consulares pudieron escapar y ocultarse en la residencia privada de Kenneth Taylor (Victor Garber), embajador de Canadá. Un operativo secreto de rescate es puesto en marcha, a través de la CIA, a cargo del agente experto en rescates y huidas, Tony Méndez (Ben Affleck) quien idea, de forma ciertamente inverosímil, infiltrarse en Irán con la guisa de ser parte de una productora cinematográfica canadiense, que busca escenarios naturales en Teherán para rodar un filme de ciencia-ficción llamado “Argo”, mismo que, evidentemente no existe. Para que su plan tenga consistencia, Méndez se apoya en un oscarizado John Chambers (John Goodman), experto en maquillaje y efectos, y en Lester Siegel (Alan Arkin), un productor afamado, quienes arman el tinglado para hacer creíble su mentira y darle las herramientas para entrar a rescatar a los prófugos.