[mh]Jorge Michel Grau[/mh] trata de mostrar de forma implícita, en algunos casos más que en otros, temas tabú para la sociedad mexicana como por ejemplo [spoiler]el incesto, la homosexualidad, la antropofagia y los rituales con sacrificios humanos[/spoiler] todo esto dentro del marco metafórico de la idiosincrasia de una familia mexicana de clase media-baja. Dicha propuesta no es original pero si curiosa y para algunos arriesgada pues con ello nos trata de plasmar los problemas reales que existen dentro de las clases sociales más bajas que existen en este país todo esto, como ya se mencionó con anterioridad, dentro del marco de ritos con sacrificios humanos y canibalismo. Para exponer su historia el director toma prestada ideas nacionales de [mh]Cronos[/mh] de [mh]Guillermo del Toro[/mh] y [mh]El Castillo de la Pureza[/mh] de [mh]Arturo Riptein[/mh], sobre todo de este ultimo pues se nos presenta un panorama general desolado, paupérrimo y lleno de misantropía donde lo único que importa es mantener sus costumbres aun cuando estas puede ser más que perjudiciales. Pero también hecha mano del gran maestro [mh]Alfred Hitchcock[/mh] y su obra [mh]Psicosis[/mh], sobre todo en el área de musical incidental y en algunas actuaciones juveniles. El inconveniente con esta promesa es que se nota claramente que es un trabajo primerizo, pues la edición de la película no es totalmente adecuada, por momentos existen errores de continuidad que llegan a confundir o frustrarnos la agradable experiencia que pudo ser, otro problema que sufre es que no se toma el tiempo suficiente para explicar algunos problemas existentes dentro de la familia y además la investigación por parte de las autoridades es tan rápida y efectiva que raya en lo inverosímil. Aun así logra momentos sórdidos, los cuales son pocos en realidad, muy bien logrados que pueden poner la piel de gallina a más es un espectador.