La Amazonia merece un poco de respeto

Pero no solamente por el crimen a la que está sometida debido a la intervención humana (deforestación, eliminación de fauna, flora y población indígena) sino porque hay algunos productores que la utilizan para despropósitos como esta... película, bueno de alguna manera hay que llamarla.

Como soy muy nuevito en este foro, a pesar mi centenaria edad, hay cierto público latinoamericano que alguna idea tiene de mi: que vengo del sur, junto al Río de la Plata y que entre otras inexplicables debilidades soy fanático de los bodrios del ridículo clase Z y que, precisamente por esta insana preferencia que me divierte muchísimo, me dedico a traducir subtítulos que pocos quieren agarrar. Y al ver el tráiler de este engendro me dije: "esta es de las mías, me moriré de risa traduciendo".

¡Cuán equivocado! Casi muero de bostezo, porque no tiene el garbo de diálogos absurdos, ni tramas estrafalarias, ni efectos especiales de cuarta que provoquen la hilaridad. Nada de eso, en realidad parece incluso que hubo un mediano presupuesto que permitió contratar un director de fotografía que demuestra saber muy bien su oficio y logró encuadres espectaculares de locaciones magníficas (fue rodada en Brasil, Costa Rica y Hawai), con una luminosidad alejada de la estética actual de colores deslucidos, pálidos y casi en tinieblas y que por momentos recuerda al viejo, querido y recordado Technicolor, y también editores de sonido que elaboraron una banda sonora decente, incluida una música bastante funcional.

Pero, ¡ay Dios mío! (me parece mentira que siendo tan profundamente ateo haya escrito la expresión anterior, imagine el eventual lector cómo serán las cosas) la dirección (¿?) hace una puesta en escena frontal como si fuera un escenario teatral en la que abundan los planos medios y generales con varios personajes de frente a la cámara y la contra-escena (es decir los roles que no tienen el foco de atención y de diálogo) se queda estática, y los intérpretes (nuevamente ¿?) salen y entran de escena por los costados. Pero además, el reparto que bien hace en recibir sus cheques y tratar de vivir de algo, es tan incompetente, tan inexpresivo, tan poco convincente que uno termina añorando a nuestra querida perra Lassie de los años 40 y 50 por su histrionismo. Las actuaciones parecen ser la fiesta de fin de cursos de una escuela primaria.

Berreta diríamos los rioplatenses, cutre los españoles, recontra fucking los anglófonos y el resto de América tendrá sus propios y maravillosos modismos para adjetivar a esta espantosa película.

No es para nada divertida, no hay un ridículo del esperpento que pueda divertir, más bien si uno tiene la paciencia (o el masoquismo) de verla hasta el final es posible que termine llorando. De vergüenza ajena.

Sin mencionar que alguien se haya tomado el tiempo para tirar al viento estas reflexiones que bien merecerían la papelera como destino.