A lo largo de estos años Pixar ha marcado, a nivel tecnológico, los altos estándares de la animación computarizada, pero también demostrado más de una vez que una excelente animación computarizada puede, y debe, contar una trama inteligente, aun cuando se trate de una secuela o, en el caso de la película que nos compete, un precuela. Con [mh]Monsters Universtiy[/mh], Pixar nos muestra su cinta número 14, poniendo al mando al joven director [mh]Dan Scanlon[/mh]. [mh]Monsters University[/mh] muestra los diversos estereotipos de las universidades: los nerds, los juniors, los darks, los góticos, las “fresas”, los deportistas, los revoltosos y demás tribus estudiantiles representadas con sus respectivas versiones monstruosas sin olvidar el mundo universitario en el que habitan: los edificios, dormitorios, aulas, biblioteca, clubes y fraternidades, todo ello nos traslada literalmente al ambiente en que viven los personajes y también recuerda, a quienes estamos familiarizados con la vida universitaria, aquellos tiempos mozos y, en algunos casos, no tan remotos. A un cuando la cinta cuenta con una trama sencilla, pues desde el principio sabemos hacia dónde se dirigen las cosas, esta se torna interesante por la forma en que se desarrollan los eventos y cómo los personajes buscan cumplir su cometido; el demostrar que son mejores de lo que en apariencia se muestra. El trayecto se encuentra plagado de divertidos gags, homenajes a la primera entrega, sorpresas y por supuesto la ya característica dosis de ternura de Pixar. Aunado a lo anterior también se debe mencionar el elaborado y excelso diseño de producción con el que cuenta la película. Su espectacularidad visual y la apreciación al detalle son técnicamente impecables y el diseño de personajes adorables e interesantes da como resultado una cinta redonda y disfrutable para el público en general. Definitivamente [mh]Monsters University[/mh] resulta ser una excelente cinta de animación con una producción sólida dotada de todos los elementos necesarios para que sea disfrutable y gozosa como cualquier otra producción de Pixar. Una divertida comedia que demuestra, una vez más que el límite para los estudios de Luxo Jr. es la imaginación y las historias que se quieran contar.