Una de las razones por las que me encantan la mayoría de las animaciones, aun cuando estas sean dirigidas al publico infantil, es que no los trata como personas carentes de sentido e inteligencia sino que los obliga a pensar y le enseña parte del mundo en el que viven y esta película logra hacer esto y con muchos méritos. Refleja de una forma muy valiente la condición del mundo: hay maldad afuera y puede afectarnos si no hacemos nada para impedirlo, y esto esta acompañado de violencia, pero también hay esperanza, sueños y personas buenas que nos cuidan y protegen. Con respecto al concepto de maldad, muchos pequeños no lo entenderán, además que algunos padres podrían sentirse ofendidos por ello, pero es algo que tarde o temprano debemos enseñarle a nuestra descendencia y no hay mejor forma que mostrarles esta película. En cuanto a los personajes, los cuales son demasiados y pueden confundir en algún momento, encajan bien dentro de la trama; mención aparte para el villano, Metalbeak, un ser inteligente, perverso, cruel, autoritario, traidor y despiadado; un malvado pocas veces visto en cintas animadas. También tenemos al héroe, Soren, soñador, justo, valiente y tenaz. Todo esto es tan solo una pizca de una historia tan épica. La animación es sobresaliente, dignamente lograda, con detalles extremadamente cuidados como por ejemplo: las texturas, el realismo de los búhos y la interacción de los elementos con el plumaje. Es en cintas como ésta y con momentos tan épicos, que se agradece el estilo visual de Snyder. Un punto negativo es el apartado musical, por momentos se siente fuera de lugar con respecto a las escenas que se muestran, además que puede confundir en más de una ocasión la narrativa de la historia. Todo esto se dejar a un lado cuando llegan las escenas de acción, como los vuelos en medio de las tormentas, y las batallas entre Los Puros y Los Guardianes. Digna de disfrutar para quienes quieran ver una animación más adulta, ya sean jóvenes de 10 años o mayores.